Ahora, cuatro meses después la Delegación, aduciendo que ya se han satisfecho los requerimientos en los que se basó la clausura y que no existe evidencia de irregularidad alguna, ha retirado los sellos y CONACULTA- EDUCAL han tomado la decisión de reanudar su obra, no obstante que las irregularidades denunciadas permanecen sin ser resueltas; y, en el colmo del cinismo y actuando en la peor de las tradiciones leguleyas de este país, han promovido un amparo en contra de cualquier medida administrativa por parte de la Delegación.
Los vecinos seguimos insistiendo en nuestras demandas iniciales. El predio adquirido por EDUCAL es de uso habitacional y así debe quedarse. SEDUVI no nada más debe reconocer, como ya lo ha hecho, que los diferentes certificados que ha expedido en relación al uso de suelo del predio en cuestión están viciados de origen, sino, además, debe iniciar la brevedad un juicio de lesividad y así, aunque sea de manera limitada resolver las irregularidades en las que ha incurrido y mitigar mínimamente el daño que ha permitido se produzca en el patrimonio de la ciudad.
Existen solicitudes de diferentes colonias y delegaciones de nuestra ciudad para que el centro y la librería se instalen ahí. Consideramos que CONACULTA EDUCAL deben de hacer a un lado su política cultural elitista. La oferta e infraestructura cultural que existe en Coyocán es la más grande de la ciudad; para qué dar más a los que ya tenemos más. En Coyoacán hoy en día existen 58 librerías operando (quitando ya la del Parnaso que fue cerrada por incosteabilidad); si CONACULTA EDUCAL están para promover la cultura y apoyar los programas de difusión y promoción de la lectura y no para hacer negocios, es evidente que insistir en instalar su librería y centro cultural en Fernández Leal es ir en contra de la política cultural que este país requiere.
A lo largo de todo este proceso nos hemos encontrado con actuaciones de funcionarios públicos que requieren ser denunciadas. Estamos estudiando diferentes opciones para actuar en consecuencia.
Insistimos, con el levantamiento de sellos de clausura que se habían logrado con la denuncia vecinal, y lo obvio de la intención de todos los involucrados en este asunto de imponer una obra, a todas luces, violatoria de los más elementales derechos de ciudadanos, lo único que han logrado es ahondar la percepción de desconfianza que abruma a una buena parte de los mexicanos, que sin una protección real de tantas instancias que le cuestan al erario y que no resuelven nada, no le dejan más salida que buscar opciones fuera de nuestras fronteras, o llegar a manifestaciones como las que se están dando en diversas delegaciones, y que no abonan ni a la seguridad de las personas ni a la certeza jurídica que debería existir en caso de ser una nación con un autentico estado de derecho.