Hace ya cuatro años que la arquitecta Fernanda Canales; autora y difusora del proyecto arquitectónico con el que Consuelo Sáizar pretende construir una librería en Fernández Leal 43, una de las calles más congestionadas del Barrio de La Concepción en la Delegación Coyoacán en el D.F.; publicó en Noticias de Arquitectura (http://notiarquitectura.wordpress.com/category/fernanda-canales/) una evaluación crítica del proyecto de la Torre Bicentenario, anunciado en julio de 2007 por
el titular de la Jefatura de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
Entre sus muchos argumentos críticos, la arquitecta Canales plantea la inoperancia del proyecto debido a los problemas viales que en la zona ya habían rebasado
desde hacía mucho tiempo lo imaginable, a la transgresión de la ley de suelo (sic), y por pretender destruir uno de los edificios de la arquitectura del siglo veinte en México, considerado
monumento de valor artístico por el INBA.
Así mismo plantea que el proyecto "es sintomático de la esquizofrenia entre los intereses
particulares y las necesidades colectivas que caracteriza nuestros
procesos actuales"; y reconoce que la falta de un marco normativo adecuado para el desarrollo urbano de la metrópoli se traduce en una "proclividad
hacia las implantaciones acríticas". Para ella, la megatorre anunciada por Ebrard simboliza "un crecimiento demográfico" (¿desarrollo urbano?) marcado por propuestas apresuradas y autoritarias. En la última parte de su ensayo esboza una valoración crítica general de varias medidas impulsadas por Ebrard, como las playas urbanas y "los intentos por colar el uso de
bicicletas en la ciudad", y afirma que ha hecho falta "preparar el soporte para las
actividades que se quiere fomentar". Cierra su escrito afirmando que "En el resto del mundo, eventos como las
Olimpiadas, los centenarios, las ferias mundiales, han sido buenas
excusas para repensar las ciudades y convertir la arquitectura en una
estrategia integradora. Lo importante, entonces, no sólo sería la Torre
Bicentenario, sino lo que ha de acompañarla: el contexto".
Los argumentos de la arquitecta Canales en contra de un proyecto arquitectónico como el de la Torre Bicentenario suenan razonables, sólidos y consideramos dan en el blanco de las políticas serguidas por el gobierno de la ciudad para priorizar el desarrollo urbano asociado a las grandes construcciones (negocios) sobre "el contexto" de las condiciones de vida de los habitantes de la ciudad.
Llama la atención, sin embargo, que la propia arquitecta Canales, no obstante sus argumentos para cuestionar el proyecto de la Torre Bicentenario, sea quien ha elaborado, y ahora publicita, el proyecto del Centro Cultural Elena Garro que CONACULTA, a través de EDUCAL, pretende construir en el corazón mismo del barrio emblemético de La Conchita en Coyoacán, D.F.
Y este hecho es de llamar la atención debido a que el proyecto de la arquitecta Canales se ha pretendido construir a partir de un certificado de uso de suelo a todas luces irregular, violando la normatividad del Programa Parcial del Centro Histórico de Coyoacán, con autorizaciones indebidas de SEDUVI, a pesar de que su propia Dirección Jurídica reconoce lo inadecuado de sus actuaciones en el otorgamiento de diversos permisos, con autorizaciones realizadas al vapor por Bellas Artes y el INAH para "realizar intervenciones" en la casa catalogada como de interés artístico; en donde al centro cultural que se busca erigir ahí se le han condonado más de 100 cajones de estacionamiento que por ley (¿?) debiera contruir (sólo tendrá 20 para sus empleados), en donde... mas y más irregularidades.
Pero, creemos que a final de cuenta no debemos llamarnos a sorpresa, como bien dice la arquitecta "es sintomático de la esquizofrenia entre los intereses
particulares y las necesidades colectivas que caracteriza nuestros
procesos actuales"; o como dijera mi abuela "poderoso caballero es Don Dinero".
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